Un
mito rescatado por Fray Bernardino de Sahagún (Historia general de la nueva España,
libro tercero: Del principio que tuvieron los dioses) y Miguel León Portilla (La
historia del tohuenyo), nos cuenta uno de los muchos momentos en que Tezcatlipoca,
llamado aquí Titlacoa, atacó a la ciudad de Tollan, porque este dios al parecer
le tenía manía al lugar donde su hermano fue un héroe civilizador. En el relato
bañado de erotismo y moralidad se cuenta que a la ciudad de Tollan llegó Tezcatlipoca
transformado en un extranjero desnudo al que todos los tollanos empezaron a
llamar tohueyo, touenyo, tohuenyo,
toueyo, tobeyo, dependiendo de la fuente que se consulte. Este Toueyo
poseía un pene gigantesco y se dedicó a vender chile verde en el tianguis
frente al palacio de Huémac —en otras
versiones Uémac— que dependiendo de
la versión es el gobernante de Tollan y sucesor de Ce Ácatl Topilzin
Quetzalcoatl o su contemporáneo. Algo constante es que Huémac en algún momento
jugó a la pelota con los tlaloques y les ganó, además de que huyó al Cincalco
donde aún vive.
En
el relato resalta la asociación que se hace entre el pene y el chile, o que la
palabra Qualli (buena) se emplea para hablar de una mujer atractiva. En el
libro “Tezcatlipoca. Burlas y metamorfosis de un dios azteca”, se analiza este
mito en el capitulo IV, relacionándolo con narraciones purépechas y otras
divinidades a veces consideradas “advocaciones” de Tezcatlipoca.
Sin
más chachara, aquí compartimos el mito, donde alternaremos las diferentes
formas de nombrar a los involucrados:
La historia de
Toueyo
Un
día la hija de Huémac enfermó gravemente después de pasear por Tollan, y su
cuerpo empezó a hincharse. Las doncellas que solían seguir a la princesa a la
que llamaremos Qualli, contaron a Uémac que Qualli había enfermado tras ver a
Tohueyo, y así Huémac supo que su hija había enfermado de deseo. Entonces Uémac
mandó a arrestar al vendedor de chile y tras interrogarlo de por qué no usaba
máxtlatl (taparrabo), lo obligó a satisfacer a su hija. Así Tohuenyo se volvió
el esposo de Qualli y yerno de Huémac.
El
matrimonio enfureció a los tollanos que no podían concebir que la hermosa
mujer, hija del heroico Huémac, estuviera casada con un extranjero que ni
siquiera usaba máxtlatl. Esta indignación era también burla porque Huémac había
rechazado a todos los nobles que pretendían la mano de Qualli y ahora la casaba
con un vendedor de chile. Las burlas contra Uémac no se hicieron esperar y rápidamente
estas llevaron al gobernante a querer deshacerse de Toueyo.
El
plan consistió en mandar a Tobeyo a la guerra contra los de Coatepec, donde los
soldados tollanos tenían la indicación de abandonarlo junto a los demás
indeseables (enanos y tullidos) para que el ejército enemigo los matara. Las cosas se hicieron como Huémac quería, pero
una vez abandonado Tohuenyo, este incitó a sus compañeros a pelear y así Toueyo
y sus compañeros capturaron muchos enemigos.
La noticia de la victoria y el regreso de Tohuenyo llegaron
a Huémac que invitó al pueblo Tollano a recibir a su querido yerno que volvía
como un héroe. Toueyo fue recibido con ofrendas y su cuerpo fue decorado con
los galardones de los más grandes guerreros, pero una vez decorado Toueyo, esté
empezó a bailar como bailaban los esclavos, causando nuevamente la indignación
del pueblo.
Para celebrar, Touenyo ordenó que hicieran una fiesta en
Texcalapa que era un barranco cerca de un río, y ahí, mientras todos danzaban y
bebían, Tohuenyo se apoderó de unos tambores y se puso a tocar un hermoso ritmo
que hacía bailar a todos. Luego, Toueyo empezó a cantar una canción que nunca
habían oído los tollanos, pero cantaban como si la supieran. La canción se iba
volviendo más errática hasta que los tollanos empezaron a empujarse unos a
otros por el ritmo, despeñándose y convirtiéndose en piedra cuando su cuerpo se
estampaba contra el río. Algunos intentaron huir por un puente, pero Toueyo lo
había destrozado, y quienes huían también se empujaban y se despeñaban transformándose
en piedras.
NOTA FINAL
En otros ataques a Tollan, Tezcatlipoca se presentó como una
anciana que tostaba maíz durante una hambruna; también como un brujo que hacía
bailar a las estatuas de los dioses.